jueves, 22 de enero de 2009

Constructores cerca del ataque de nervios


A pesar de la incertidumbre guardan esperanzas. Reconocen que la obra pública les da un grado de optimismo para el 2009. Pero demandan una política crediticia para generar desarrollos en lo privado. Roggio, Gutiérrez y Calcaterra relataron la realidad actual del sector y sus necesidades. 


El sentir de los empresarios de la construcción se respira en cada diálogo que se mantiene con ellos, hay preocupación pero sin un pesimismo como ingrediente principal. No obstante, las noticias sobre la crisis financiera internacional riega todos los días la semilla de la incertidumbre sembrada en ellos. Y esperan a marzo, mes en que para todos parece que la tormenta en el horizonte al fin se verá con claridad.  
Se apoyan en que la realidad histórica argentina los ha templado como avezados timoneles de tormentas. Dicen que el frenazo en la actividad fue de golpe pero no alcanzó aún a detener su marcha, porque todavía se crece. Y no sienten todavía el agua al cuello: más de uno recuerda que hace solo unos pocos años atrás las escasas obras que había daban trabajo a menos de 80.000 personas frente a las más de 400.000 de hoy en día.
Sin embargo tienen bien en claro cuales debe ser las condiciones necesarias para que durante el 2009 la actividad no colapse. Multiplicar las obras públicas y más y mejores créditos son   los sólidos rompeolas para mitigar el tsunami económico of shore que se acerca, coincidieron los constructores consultados.
“El sector de la construcción es siempre optimista aún sabiendo y poniendo los pies en la tierra. Hasta ahora no se han visto grandes impactos, vemos con preocupación la situación internacional pero esperamos que tengan el menor impacto posible sobre nuestro país“, indicó Aldo Roggio en una de esas conversaciones.
Para que la construcción siga creciendo, el timonel de Roggio SA -empresa que este año cumplió 100 años de trayectoria- enumeró las condiciones favorables que deben existir: “Son una mezcla de cosas. Debe haber inversiones estatales, una baja en la tasa de financiamiento porque está alta en estos momentos, y se debe crean incentivos fiscales para la construcción, que es la gran generadora de empleo en el país. O sea un cóctel, una mezcla de medidas como las que están haciendo todas la naciones del mundo“. 
Remarcó que “para el 2009 tenemos la expectativa de que se implemente un plan de obra pública y social que contrarreste los efectos de la crisis internacional y que esto traiga, como se ha demostrado históricamente en otras crisis en el mundo, que la inversión privada al ver las inversiones en infraestructura estatales se renueve la actividad privada en el sector“. Entonces, con esta expectativa todos miran que pasará con "el más ambicioso del que se tenga memoria" plan de inversión en obras públicas por más de $71.000 millones anunciado en noviembre por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Impredecible horizonte
Los empresarios de las construcción dan una importancia extrema a la continuidad de las obras públicas en marcha, la vital necesidad de incrementarla para equilibrar la baja en los desarrollos privados y la impotencia a la hora de realizar un pronóstico aproximado de la situación en el corto plazo -ni se habla de objetivos en el mediano o en largo-.   
Eduardo Gutiérrez, presidente del Grupo Farallón, describió el diagnóstico de situación de sus empresas que pareció ser un clon perfecto al compararse con el resto de las grandes constructoras y que también son desarrolladoras. 
“Todo lo que tiene que ver con nuestra constructora, que realiza obras públicas en viviendas y escuelas no hemos tenido ningún inconveniente. Estamos con el mismo nivel de actividad. En cuanto a los emprendimientos privados, con la desarrolladora estamos terminando los que teníamos en marcha y estamos empezando uno muy grande en Punta del Este. Pero estamos viendo si en el transcurso de 2009 lanzamos o no algún otro“, relató Gutiérrez.
Pero fue una anécdota la que más describió su expectativa hacia para este nuevo año. “Hay algo interesante para contar: me ha tocado dar cuatro charlas en noviembre que en principio estaban proyectadas para diciembre, en Sao Pablo, Miami, Londres y en Cannes, y es gracioso porque las preparo y las tengo que cambiar, y a veces he tenido que cambiar algunos números entre que me subo al avión y me bajo antes de la charla. Para la última he dejado de usar números porque los números pierden vigencia con una velocidad vertiginosa, y estoy enfocado ahora más a temas fundamentales en lo económico. Esto que cuento refleja la realidad de que todos los días veo un escenario distinto, pero escenarios, que por otra parte, son difíciles“, indicó. Igualmente dio un pantallazo a grandes rasgos sobre la estrategia que seguirán en Farallón: “Estaremos más recostados sobre la obra pública y trataremos de descubrir en lo privado algún nicho de mercado que haga interesante comenzar alguna obra”. Y destacó la condición necesaria para que los desarrollos privados sigan con la misma tasa de crecimiento que venía: “Hay que darle una solución al problema del acceso al crédito. Si de alguna manera logramos un plan de créditos para el sector de ingresos medios nuestro sector atendería una demanda explosiva. Sin eso sólo se puede construir para un sector Premium o construir oficinas o para el retail, pero no está claro cuál será lo mejor para el 2009“.
Para Angelo Calcaterra, propietario de Crearurban -la empresa que fuera de sus tío Francisco Macri- y poseedor de una larga tradición familiar en el rubro a partir de Calcaterra S.A, coincidió con Roggio, Gutiérrez y buena parte de los empresarios consultados sobre la necesidad de implementar políticas crediticias que complementen la acción de la obra pública. “Sin crédito no hay economía posible”, sentenció para luego señalar que “las empresas también necesitan financiarse para desarrollar normalmente su actividad. Necesitan créditos para capital de trabajo, créditos para bienes de capital, entro otros”. A pesar de todo, dijo estar optimista para el 2009 y destacó que hay países que están peor que nosotros, y rescató que una de las razones de que no estemos de la misma manera “es por la continuidad de la obra pública que siguen ejecutándose, por eso es muy importante que continúe”, concluyó.

El reclamo de las Pymes
Mientras que la mayoría de los empresarios más importantes del sector se lamentaban que muchas industrias hayan metido en el freezer la ejecución de proyectos de ampliación de plantas, que demandan la construcción de grandes obras civiles, buena parte de las compañías constructoras de la Argentina tenían otra letra para cantar en el coro de quejas. Todas ellas están dentro del sector pymes, precisamente el campo en donde más trabajo se genera y al que, aseguran, recurren los pequeños inversores en ladrillos y al que recurriría, también, la clase media en busca de su primera propiedad o una segunda propiedad para obtener ingresos extras mediante su alquiler. 
Al ser consultado un empresario pyme sobre que políticas activas deberían implementarse para que la demanda que específicamente atiende no decayera, e incluso se incrementara, no dudó en asegurar -en estricto anonimato- que “es necesaria la implementación de políticas crediticias que le permitan a lo sectores medios de la sociedad acceder a una vivienda“.

martes, 20 de enero de 2009

Paola Delbosco: “Hay una gran modificación cultural en RR.HH"


Es la “profe” de selectos ejecutivos de las más importantes empresas argentinas. En sus clases dictadas en las aulas del IAE Business Scholl de la Universidad Austral, es común que sus alumnos tengan la misma reacción “hipnótica” que suelen tener sus “colegas” más pequeños de la primaria, cuando la maestra les explica un tema que les “da vuelta la cabeza del interés que despierta”. No es para menos, Pao o Paola -como la llaman cariñosamente- tiene cuatro dones que relucen en el aula: el conocimiento profundo de lo que habla,  el poder del convencimiento, la pasión y la alegría por su trabajo y una simpatía que actúa como un electroimán al momento de afirmar que las actuales políticas en Recursos Humanos están caducas, y que para mejorar la productividad la gente tiene que estar realmente feliz de ir a trabajar. Tras esto, lanza una batería de ideas y ejemplos que deja boquiabiertos a los “educandos”, muchos de ellos con títulos de postgrado.
Así es Paola Scarinci de Delbosco, una ítalo argentina tan conocida en el mundo empresario y académico, aquí y afuera, como lo son Carlitos Tévez o Leonel Messi en las hinchadas de fútbol. Y aunque su papá una vez le dijo que si quiere hacer una carrera universitaria no piense tanto en una familia, ella no le hizo caso y se salió con la suya: se casó, tiene 9 hijos y un CV que impresiona a cualquier CEO. Hoy es la profesora de Empresa, Sociedad y Economía del IAE y consultora de numerosas compañías.
 TERRITORIO DE NEGOCIO: ¿Cuándo, dónde y por qué se empezó a cambiar la política de RR.HH en las empresas?
DELBOSCO: No sé la fecha segura, pero aquí en la Argentina hace pocos años; nuestro centro de investigación se fundó hace 4 años y medio, y en ese momento era una novedad. Había  medidas de conciliación en la medida en que la ley las exige, como  licencias por maternidad, paternidad, vacaciones y permisos para asistir a un familiar enfermo. La gran modificación cultural sólo empieza a verse desde hace unos pocos años.
 TdN: ¿Qué acción para mejorar el bienestar personal de los empleados fue el puntapié inicial en los cambios? 
DELBOSCO: Por lo que hemos estudiado, un factor clave es la incorporación cada vez mayor de mujeres al circuito laboral, que traían cada una su realidad familiar. Esto apuró la preocupación por resolver problemas prácticos, como el cuidado de los hijos pequeños, no tener que cortar el amamantamiento al final de la licencia, asistir a los actos del colegio, etc. Las mujeres, una vez estabilizadas en el mundo del trabajo, empezaron a pedir más comprensión y flexibilidad. Creo que han sido el factor clave, aunque la conciliación no es cosa de mujeres, y ahora los hombres también quieren tener una vida personal y familiar lógica y no entregarle todo a la empresa. También porque no está dicho que la productividad de una persona no se alimente también de un cierto grado de libertad y satisfacción en otros aspectos de su vida. Esto me lo dijo un creativo de moda: si su gente no tiene la posibilidad de desarrollar otras capacidades y otras pasiones fuera del trabajo, no es más tan creativa.
 TdN: ¿Cuáles acciones o métodos han sido comprobados por las empresas como eficientes para mejorar el presentismo, la disposición, la creatividad y la salud física y mental del empleado? ¿Hay estadísticas que reflejan un mejoramiento en el presentismo y la productividad?
DELBOSCO: Aquí no tenemos todavía estadísticas porque falta la masa crítica de empresas que implementen las medidas de conciliación de forma sistemática. Empieza a haber algo, por ejemplo, en Coca Cola, Andrómaco, Proximitas -que depende de Andrómaco-
Repsol YPF, pero falta que esto sea cultura.
TdN: ¿Cómo una empresa logra conocer la información para poder compatibilizar sus necesidades con las de sus empleados? ¿Se realizan talleres, encuestas, psicoterapias grupales? ¿Existen resistencias entre los niveles jerárquicos?
DELBOSCO: En algunos caso sí, se están implementando talleres exploratorios, para ver qué medidas pueden servir, según requerimientos y actividades. Sé que el banco Galicia está haciendo talleres para madres nuevas. Hay resistencias por parte de los jefes, porque no imaginan un trabajo más flexible y por un miedo (fundado) de que la gente pierda apego al trabajo e interprete las medidas como eliminación de exigencia. Por eso hace falta un cambio cultural en los dos sentidos: visualizar la necesidad de las medidas de conciliación, que cada uno adoptará según sus necesidades específicas, para permitir una vida familiar sana y así aportar al bien de la sociedad; pero también será necesario reforzar el compromiso de los que trabajan con la empresa, para que todo funcione mejor todavía que ahora. 
 TdN: ¿Por qué se apunta tanto ahora a conciliar al trabajo con la familia del empleado?
DELBOSCO: Cada persona es miembro de una familia, y esa parte de su vida debe ser atendida y cuidada. Se entiende que la familia, cada uno, la lleva puesta, bien o mal. Sin embargo, el cambio cultural no se hace masivo porque los número 1 de las empresas no viven una vida de conciliación. Sólo el 5% lo hace, y si no tienen equilibrio ellos o ellas, es difícil que vean que es necesario para su gente.
TdN: ¿Qué siente una empresa cuando un empleado decide irse en busca de mejores condiciones de trabajo o para cumplir mayores expectativas personales luego de que la compañía invirtiera en él en capacitación y experiencia?
DELBOSCO: Empezará a pensar en qué no le ofreció, y esa pérdida le hará tomar en serio la necesidad de favorecer a las personas también en su vida privada. No hay recetas infalibles, y las personas son libres, pero la fidelización pasa por un apoyarse mutuamente en forma concreta.
TdN: ¿Todos estos cambios tienen como objetivo lograr una mayor fidelización del empleado con la empresa? ¿Es tan importante fidelizar al empleado como fidelizar al cliente? ¿Ambas fidelizaciones tienen puntos en común?
DELBOSCO: Eso depende. Fidelizar no es un fin en si mismo sino un instrumento para aprovechar la capacitación y para mantener el número de usuarios. En algunos casos, la rotación de personas puede también ser una ocasión de incorporar ideas nuevas, pero en general, la fidelización permite avanzar porque trae menos incógnitas y permite completar proyectos.
TdN: ¿Existen diferencias en la implementación de planes innovadores en RR.HH entre los realizados por las grandes corporaciones y las PyMEs?
DELBOSCO: Las corporaciones son las más innovadoras en cuestión de flexibilización, por lo que pude ver en nuestros encuentros y estudios. Las pymes son más tímidas, porque muchas veces luchan para sobrevivir y cualquier distractivo les parece una amenaza. Pero hay pymes que lo hacen bien y  estamos en contacto con una,  Unidos de Sunchales, que valdría al pena consultar.
TdN: ¿Cuáles son las acciones más innovadoras que se llevan adelante en la Argentina?
DELBOSCO: El trabajo desde la casa con una PC, la guardería en el lugar de trabajo, el teléfono de apoyo profesional a disposición del colaborador y sus familiares, como Wal-Mart por ejemplo o Globant. 
TdN: ¿Hay diferencias de concietización sobre la necesidad de adoptar nuevas políticas de RR.HH entre empresas nacionales y empresas extranjeras?
DELBOSCO: Sí, sobre todo cuando las multinacionales traen de su casa matriz una cultura definida en términos de conciliación. Por ejemplo sobre el cumplimiento del horario de trabajo: cuando la empresa lo trae como cultura, está mal visto quedarse más allá de la hora de salida,. Aquí, en cambio, es casi al revés.
TdN: ¿Cuál es la labor del IAE en todo este proceso de cambio?
DELBOSCO: Vehiculamos conocimientos y prácticas, difundimos el tema y asesoramos a empresas que quieren implementar concretamente la conciliación, teniendo en cuenta su particular actividad productiva. 
TdN: ¿Qué ejemplos podría dar de cambios o planes introducidos según el tipo de trabajo, por ejemplo, operador en campo petrolero, operario de la construcción, médico de hospital, administrativo de empresa multi nacional, operario de fábrica de alimentos con turnos rotativos, choferes de colectivos de larga distancia, entre otros?
DELBOSCO: Todavía no tenemos esta información. Pero el cambio cultural en primer lugar deberá hacer cumplir los mínimos marcados por al ley: horas de trabajo y de descanso, suplentes, horarios más cortos para tareas de alta exposición, licencias, etc. 
TdN: ¿Tiene ejemplos de costumbres o culturas distintas entre empleados de diferentes nacionalidades que conviven en una misma filial de una multinacional y que tornan difícil poner en práctica un plan de mejoramiento de las políticas de RR.HH? ¿Y entre empleados de diferentes provincias?
DELBOSCO: Todavía no, salvo alguna alusión a dificultades por diferencias culturales locales, como el trato de la mujer en provincias más tradicionalistas.
TdN: ¿Hay diferencias entre las políticas implementadas en las grandes ciudades como Buenos Aires y las políticas implementadas en el interior del país? ¿Son otras las prioridades? ¿Como hace una empresa, por ejemplo un banco, para dejar a todos sus empleados contentos cuando tienen filiales en cientos de ciudades con costumbres y prioridades distintas entre si?
DELBOSCO: Las medidas se ofrecen y la elección de cuáles son las más adecuadas está en mano del beneficiario/a. Ese es el camino. Por eso hablamos de paquete de medidas, porque nadie le resuelve la vida a nadie, sino que se acercan opciones posibles al que las necesita.
TdN: ¿Tiene el ejemplo de alguna empresa que sobresalió en innovación en RR.HH y que se viera reflejada en la productividad?
DELBOSCO: Estamos por escribir el caso Coca  Cola, pero es todavía pronto para evaluar beneficios. Supongo que si tuviéramos el dato  de la innegable mejora de productividad, no necesitaríamos convencer a nadie de que es bueno favorecer a los que trabajan en su vida personal y familiar. Estoy convencida de que los resultados no tardarán en llegar. En España se pudo ver una disminución del ausentismo y una menor rotación; también lo ven las petroleras, que se pelean a los jóvenes profesionales a golpes de beneficios en cuanto a la libertad y ya no en términos de salario. Es lo que se llama “retención de talentos“.
Pero pienso que por ahora hay que pensar que las medidas son buenas en sí mismas, y que no tardarán los otros resultados.
TdN: ¿Marcar horario se está transformando en algo anacrónico?
DELBOSCO: Sí, en muchísimos lugares, y no en algunos en los cuales el horario es fundamental: hospitales, escuelas, oficinas de atención al público, etc. Pero en las empresas tecnológicas el horario estricto no es más necesario.
TdN: ¿Que es lo que aún se podría inventar en materia de RR.HH y que aún no se inventó? ¿Y que fue lo que ya se inventó pero todavía no llegó a estas latitudes? 
DELBOSCO: Lo que no se inventó es la máquina para la riqueza sin tener que trabajar. Como ideal, sería maravilloso que todos pudiéramos hacer lo que nos gusta más cuando nos gusta más. Tiro la idea, porque a lo mejor la lee algún creativo y se le ocurre algo. En cambio, con respecto a lo otro, hay muchísimo por implementar: banco de tiempo, semana comprimida, mes comprimido, trabajo a través de la PC, con poca presencia, teleconferencia o lo que Cisco llama “Telepresencia“, que da la ilusión de la cercanía del otro, por lo bien lograda que está la tecnología, etc.
TdN: ¿Cree que llegará el momento en que los Recursos Humanos de una empresa tengan un valor intangible que permita ser reflejado en los activos de los balances, tal como hoy es el valor de una marca?
DELBOSCO: Esto ya está siendo evaluado, inclusive por los inversores. Lo evalúa positivamente la sociedad, porque el buen trato, la comprensión, la solución de problemas familiares o personales, el acompañamiento discreto en momentos difíciles, las medidas de conciliación, etc. tienen como efecto humanizar el trabajo, y eso tiene un enorme valor porque permite la sustentabilidad en el largo plazo. 
TdN: ¿Qué es lo que aún nadie se anima a hacer en materia de nuevas políticas de RRHH?
DELBOSCO: Dar más libertad, porque se sabe que todavía no hay una  cultura del compromiso.

Petróleo argentino, el precio de la discordia entre extractoras y refinadoras


Pareciera que no fue más que ayer que el precio del petróleo West Texas Intermediate (WTI), el que durante años tomó la argentina como referencia, tocó el pico histórico de u$s 147,25 el barril el 11 de julio pasado. Pero luego al mundo se le fundió el motor del crecimiento, por lo que ese precio se derrumbó ante las perspectiva de una consecuente menor demanda de combustibles. Ese mismo WTI llegó a perforar los u$s 33 antes de navidad, su nivel más bajo desde el 29 de junio de 2004. No obstante, la volatilidad marca la tendencia y nadie sabe a ciencia cierta cuál será su precio en una semana, y menos en un mes o dos meses.
Así fue que siete días después los bombardeos israelíes en la franja de Gaza y la creciente evidencia de que la OPEP está recortando su oferta, dispararon la cotización en torno a los u$s 40.
Igual, paradoja del destino mediante, la misma resolución 394/07 que le puso un techo al precio del petróleo argentino cuando los valores internacionales empezaron a dispararse en 2007 es la que hoy promueve que la Argentina tenga el petróleo más caro del planeta, aunque nadie sabe hasta cuando. Y en medio, se incendiaron las relaciones comerciales entre productoras y refinadoras en la inflamable época de vencimientos de contratos de compra venta del oro negro.
Así es, porque en la última semana de diciembre la casi totalidad de los documentos en que se convinieron a fines de 2007 el precio, el volumen y las fechas y condiciones de entrega dejaron de existir, con el agravante que el derrumbe de precios internacionales ha arrancado el mecanismo establecido en la resolución 394/07 que indica que el Gobierno se tomará 90 días “en caso que a que el precio internacional del petróleo fuese inferior a u$s 45 por barril“ para “determinar los porcentajes a aplicar“ que definirá la alícuota de los derechos de exportación. De esta manera, mientras ya corre el plazo de los 90 días, no hay forma de saber con seguridad hasta el día 91 cuál será el valor de corte que el Estado marcará y que sirva de parámetro para el mercado interno. Una situación muy distinta a la de fines de 2007 donde el valor de corte fue establecido en 42 dólares para el petróleo tipo Escalente (el más pesado que se produce en la Argentina) y que sirvió de base para el resto de los crudos que a medida de que sean más livianos más caro se pagan hasta los u$s 47.   
Mientras, los tironeos y aflojes empezaron con el objetivo del que venda lo haga lo más caro y el que compra lo adquiera barato. 
En esta contienda, entre las vendedoras de crudo están Pan American Energy -de la inglesa British Petroleum y de la local Bridas-; las estadounidenses Chevron y Oxy, y las locales Tecpetrol (Techint) y Pluspetrol, y entre las segundas están Shell y Esso. Un bando aparte son las llamadas integradas -producen, refinan, distribuyen y comercializan- Repsol YPF y Petrobras, aunque deben comprar parte del crudo que las plantas necesitan para funcionar a pleno de su capacidad instalada porque con la propia producción no les alcanza.
“Se da el absurdo de que un barril de petróleo crudo pesado argentino está valiendo en su puerto de carga igual que un crudo liviano de buenas características en el Golfo de México“, había advertido el presidente de Shell Argentina, Juan José Aranguren, en una entrevista publicada por revista Fortuna y que encendió la mecha de la polémica.
Pero desde la vereda de enfrente, una fuente del sector productor que pidió estricto off the record le contestó a Aranguren: “Ven los últimos 15 minutos de la película donde el precio fue superior al internacional pero se olvidan que durante las primeras dos horas del largometraje compraron el petróleo más barato del mundo” y recordó que “desde 2002 cuando el entonces presidente Eduardo Duhalde puso las primeras retenciones a las exportaciones de petróleo la Argentina viene fijando sus propios precios internos desenganchados de los valores internacionales y que el precio actual de u$s 42 fue acordado con ellos en el contexto de la resolución 394/07 tras arduas negociaciones”.
En esta puja, las refinadoras no están dispuestas a pagar a las productoras un precio de u$s 42 el barril de crudo pesado y u$s 47 dólares el barril de crudo liviano, y le advierten al gobierno nacional que de no cambiar la normativa vigente importarán. Y aseguran que si se derogara la resolución y volvieran las negociaciones entre partes el precio del petróleo caería cerca del 44%. 
“Digamos que la situación actual convirtió la alternativa de importación en una opción que puede ser atractiva frente a la resistencia de productores locales a bajar el precio del crudo en el mercado interno. En estos momentos se da la paradoja de que en la Argentina los Refinadores pagamos 50% más por el crudo pesado que aquel que el Productor recibe antes de descontarle las retenciones. Si incluyéramos éstas, la diferencia sería del 120%“, explicó Aranguren ante la posibilidad de empezar a importar crudo. 
Desde el sector productor creen que amenazar con la importación es una manera de presionar al Gobierno con el costo político de dejar de ser autoabastecidos para que acomode los precios a la baja, pero creen que la respuesta de la Casa Rosada podría ser el arancelamiento de las importaciones petroleras. Es que en estas ecuaciones hay dos variables políticas importantes: la necesidad del fisco nacional de recaudar con las retenciones y la necesidad de las provincias petroleras que reciben regalías de entre el 12% y 15% de los u$s 42 a u$s 47 en que se comercializa el crudo en el mercado interno. 
Pero no es todo, las refinadores aseguran que la suba del dólar también las perjudica porque abarata el combustible en las bocas de expendio locales en relación a los valores internacionales. Para ellos la ecuación es clara: si compran el petróleo local en dólares y venden sus derivados en pesos la rentabilidad se achica. Analistas del mercado consultados por Fortuna indican que con el 75% del costo ocupado por la materia prima es muy probable que algunos precios de la canasta de productos que elaboran las refinadoras hoy estén por debajo del precio del petróleo que pagan para producirla. Y en la comercialización local de combustibles al consumidor final hay que tener en cuenta, por ejemplo, que por cada peso vendido de nafta super las petroleras se llevan el 46,2%, el estado el 45,4% a través de distintos impuestos -en especial el impuesto a la transferencia de combustibles (ITC)- y las estaciones de servico el 8,4%.
Al preguntársele si esa era la realidad, Aranguren confirmó que “es totalmente cierto, ya que a estos precios del barril de petróleo y combustibles en el mercado internacional, las paridades de exportación -afectadas también por la funesta Resolución 394/07-  de los productos que el país no consume internamente han descendido hasta márgenes muy negativos, lo cual provoca que el ingreso generado por la canasta de productos vendidos caiga por debajo del precio que paga el refinador por cada barril de petróleo crudo“.
Desde las productoras también se escuchan argumentos. Alertan que con un valor menor a los u$s 40 el barril buena parte de los pozos que hoy se explotan en la Argentina dejarían de ser rentables, al tiempo que aseguran que “necesitan ese precio para que haya el suficiente cash flor que les permita seguir e incluso aumentar la producción ante la desaparición de la financiación bancaria dada la crisis internacional”. 
Por el contrario, el ex secretario de Energía de la Nación en la Presidencia de Raúl Alfonsín y actual titular del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi, Jorge Lapeña, señaló que “no es cierto que si el precio del barril perforara los 40 dólares los pozos dejarían de ser rentables. Sólo hay que remitirse a los balances de las empresas para saber que aún cuando el precio del barril ha estado entre los 10 dólares y los 20 dólares han tenido ganancias. Y el precio ha estado en un promedio en los últimos años del orden de los 15 dólares“.
Por lo pronto ya hubo una señal del Gobierno hacia donde podría encaminarse la nueva política y hacia donde se inclinaría la balanza cuando, a fines de noviembre, las productoras de petróleo, el Estado nacional y los sindicatos firmaron un acuerdo que especifica que la gremial acepta suspender las negociaciones paritarias a cambio que las empresas sigan con sus inversiones. Pero lo que quedó explícito y no está siquiera en la letra chica del documento es que el Gobierno se habría comprometido a crear las políticas que induzcan a mantener e, incluso, a incrementar el precio de venta del petróleo en el mercado interno para financiar las inversiones. 
Fuentes del mercado afirman que Pan American Energy -con el 17% de la oferta y segunda productora- lleva la bandera para obtener incrementos que alcancen al menos el valor local de u$s 47 en su versión Escalante. “En verdad la empresa que gerencia los Bulgheroni no hace más que llevar adelante una idea que nació hace meses cuando se dispararon los precios y que sigue estando vigente en nuestro sector“, señaló un ejecutivo de unas de las compañías que confirmó que en su momento se habían iniciado las negociaciones con las refinadoras para retocar el valor pero no lo hizo como tampoco negó al pregutársele si aún hoy siguen las conversaciones. 
Sin especificar claramente si se refería a estas negociaciones, Aranguren contestó ante la requisitoria de Fortuna sin aclarar si era o no Esso que “un competidor ha manifestado públicamente que le ha dejado de comprar petróleo crudo a Panamerican Energy, porque cuando le solicitó una renegociación de precios que atienda a la nueva realidad a la baja del mercado internacional, recibió como respuesta que el precio que debía pagar de ahora en más era levemente superior” a los u$s 47. En tanto aclaró que Shell no el compra a Panamerican Energy y que sus proveedores son “Chevron, OXY, Tecpetrol, Pluspetrol, CAPSA, Wintershall, Apache“. Consultada Esso sobre los dichos de Aranguren no se obtuvo respuesta.
No obstante fuentes de la producción han afirmado que Shell estuvo negociando con Panamerican Energy al menos durante tres meses este año, negociación que, por otra parte, habría terminado con un portazo por parte de todos los negociadores.
Algunos actores del mercado petrolero vernáculo afirman que Aranguren apunta contra Panamerican Energy por ser la principal productora de petróleo entre las no integrada, por lo que es la primera en negociar tanto el crudo Escalante que obtiene en la cuenca del Golfo de San Jorge como el crudo liviano Hidra que obtiene en sociedad Total Austral y sus socios Wintershall Energía en la Cuenca Marina Austral, en yacimientos off shore frente a Tierra del Fuego. El resultado de esas negociaciones es tomado por el resto de las petroleras como parámetro.
Sobre esta política de precios que llevan adelante las productoras Aranguren respondió: “Las integradas producen para su propio consumo, no venden petróleo crudo en el mercado interno. En cuanto a las no integradas, normalmente hay una que lidera las posturas más intransigentes de precio y luego las otras tienden a posicionar sus precios en base a la primera. Muchas veces hemos dicho en este sentido que el formato de mercado no es lo transparente que debiera ser, y de hecho en oportunidades las empresas refinadoras hemos tenido que pagar aumentos homogéneos en el costo de la materia prima, no necesariamente vinculados con variables de mercado y/o regulaciones existentes, como ocurriera en junio pasado“.  
Con este clima empezarán los encuentros entre los responsables de comercialización de cada empresa de cada sector con el fin de fijar los valores, los volúmenes y las entregas. Algunas de estas reuniones -en la mayoría de los casos bilaterales con no más de tres negociadores por cada lado del mostrador- con seguridad serán a “cara de perro”, otras posiblemente firmarán contratos provisorios con cláusulas especiales de ajuste a la espera de una definición del Gobierno nacional. 
Y en este contexto se rumorea que Shell ya habría conseguido que le entreguen petróleo con “factura abierta” hasta que haya definiciones gubernamentales en torno al precio de corte y la nueva alícuota de retenciones, que en definitiva influenciará en la cotización del mercado interno. Shell no contestó al consultársele sobre esa información.